El mate es parte de nuestra tradición e historia. Su legado de generación en generación favoreció la construcción de nuestra identidad como uruguayos.

Esta tradicional infusión unifica a los uruguayos, no diferencia edad, género o nivel socioeconómico, por lo que puede ser considerado como un verdadero elemento de identidad nacional.

Uruguay es porcentualmente el mayor consumidor de yerba en el mundo, y como no se produce yerba mate en el país, se importan 32 millones de kilos al año, siendo actualmente el consumo anual per cápita de 9.4 kilos.

En sectores carenciados del medio rural y suburbano, se observó que el consumo de mate comienza a edades muy tempranas en los niños, muchas veces en sustitución de la leche. A su vez, el mate es un compañero inseparable de estudiantes y trabajadores; la mujer toma mate al igual que el hombre y llega a todas las familias por igual sin distinción de clases sociales. Los tomadores de mate expresan: “el mate es transmisor de mensajes y señales”, “lo acariciamos mientras lo tomamos, como a alguien querido, un verdadero amigo.

La creatividad e ingenio de nuestros artesanos ha permitido crear un verdadero mercado de recipientes y accesorios para tomar mate; a estos se le agregan elementos que personalizan al propietario del termo, mate o matera: calcos políticos, gremiales, escudos deportivos, etc.)